Poesía internacional: Osmar José Enrique García Retana (Guatemala)

Osmar José Enrique García Retana (seudónimo OPA), nacido el 16 de junio de 2003 en Quesada, Jutiapa, Guatemala; donde reside actualmente con su familia. Perito en Mercadotecnia y Publicidad en la Escuela en Ciencias de la Comunicación ECCO, Pintor y acuarelista; es el segundo de 4 Hijos. Aprendió a leer a corta edad y desde ese instante descubrió el mundo de la literatura. Escritor y pintor desde muy temprano, amante de toda forma de vida, apasionado al arte, la naturaleza, la tecnología y la astronomía. Su poesía se basa en aquello que todos llevamos dentro, en aquello que todos podemos sentir; el amor, el odio, la tristeza, soledad, en la vida misma y en su mar de vivencias y emociones. Entre sus obras literarias trata de expresarse con una diversidad de temas y entre sus versos más destacados están: Pequeña historia Universal, Fragmentados, Carta al cielo, Tierra Prometida y a Ella, entre otros.  Ha participado en eventos literariarios como: Versos sonoros edición juvenil 2022, dirigido por la Municipalidad de Jutiapa y colectivo Contraste, presentando sus obras al pueblo jutiapaneco.  Miembro de Revista ASOR. Profesor de pintura en taller de pintura Jóvenes Protagonistas. Miembro activo en el colectivo TAPIAL: Letras de Jutiapa. Asi también la divulgación de las mismas través de la internet a través de Facebook y redes sociales. Pronto sus letras estarán en la Antología Poética «GENERAZYONES EN LA CUSPIDE DE LOS SUEÑOS» que se lanzará en mayo del presente y próximamente en su propio libro Cuaderno de Bitácora, que se lanzará a finales de éste año. 

***

Fortuna

Siempre olvido mi maleta,
y aveces me olvidó a dónde voy,
nunca me decido entre sacer el recuerdo de mi gabeta o llevar una sonrisa de vestir,
me vuelvo un millonario observando éste planeta,
soy un afortunado al existir.

Hoy me levanté y el viento al oído me susurraba,
sabía que algo bueno pasaba, por fortuna me sobraban las sonrisas y recuerdos para compartir;
y es que guardé bien lo que la abuela me regaló,
ahora me sobran «Buenos días, gusto de verte, muchas gracias, por favor».

Solo soy un vagabundo entre las calles del tiempo,
que juega con lo mucho que le queda aunque para otros le quede muy poco,
que sabe que no está loco,
que su fortuna se multiplica tras cada amanecer,
que suyos son un poco del azul y el rosado entre cada atardecer,
y le pertenecen lo que han visto sus ojos y lo que aún le está por suceder.

Que afortunado soy aunque lo que tenga sea muy poco,
porque míos son también un poco de la brisa del mar y el perfume de las flores, una porción de cada uno de los colores,
¿por qué debo dudar de mi fortuna?
si mi es mi sonrisa y las tristezas que encapsula.

Mi fortuna por fortuna se multiplica,
mía es mi mirada y también las tormentas acumula,
mías las penas que no cuento y aquellas que libero,
míos los recuerdos que hoy recreo y aquellos que ya se fueron.

Mi fortuna está encima del precio de cualquier moneda,
mía es la alegría que comparto y aquella que aún me queda;
mi fortuna desconoce de finanzas tasas e intereses monetarios,
pero estoy seguro de que aumenta cuando sonrió porque marco otra equis en el calendario.

Mi fortuna no sabe de marcas, etiquetas y corporaciones,
mi fortuna sabe de alegrías, llantos y emociones,
sabe que suyos son los abrazos que regala,
que suyos son los besos que alguien le robó;
mi fortuna sabe de invertir el tiempo y de traiciones,
Sabe que suyo es el cielo que hoy observa,
que los recuerdos valen y por eso los conservó.

Mi fortuna no tiene un castillo, mucho menos una mansión,
pero vive feliz con sus pies tocando el suelo y creando palacios con su imaginación;
mi fortuna no tiene pasaporte, ni historial de migración,
pero sabe que habita el mundo y que es parte de la creación.

Mi fortuna no tiene auto, ni bienes inmobiliarios,
pero anda descalza y devuelve los saludos que se encuentra en la calle a diario,
mi fortuna no tiene dinero ni ropa de diseñador,
viste un traje de recuerdo y porta una cadena hecha con las ideas de un loco soñador;
mi fortuna no tiene acciones en la bolsa ni las corre por Wallstreeth o algo así,
mi fortuna tiene sueños en el bolsillo y corre porque sabe cuánto vale el tiempo al existir.

***

Me dueles Guatemala

Hoy me desperté con ganas de cambiar al mundo,
quiero aprender a sanar la patria en la que vivo;
salgo a la calle con ganas de sonreír, estudiar y aprender,
sin saber que esas ganas no van a volver.

Nací guatemalteco y guatemalteco moriré,
pero desperté con ganas de no serlo, de mostrarme indiferente ante tí; pero, salí a la calle y dije que no podía seguir así, no puedo no hacer nada porque el que me gobierna no hace nada al ver a mis hermanos sucumbir.

Hoy me levanté y rumbo a la escuela con mi madre platicaba,
miraba a mi patria y le comentaba:
—¡A Juanito lo sacaron de la escuela para trabajar y ayer la maestra no dijo que el brillo de sus ojos no iba a regresar!
¡La mamá de Anita se fue ya no la volverá a abrazar, y Anita ya no quiere vivir con su papá porque ayer lo vió con alguien más y se rompió a llorar!
¡Que horrible despertar y joven darse cuenta de que no eres el único que no ha podido desayunar!

Mi madre triste y sin saber que decirme me contestaba:
—Lucha por un mejor futuro porque el tiempo se nos acaba.

Tristemente le dije que guatemalteco siempre seré, pero ignoraba que aquí donde me encuentro tarde o temprano pereceré, ya sea porque no hay dinero para alimentarse, para enfermarse ¿Y para colmo mis prójimos me quieren ver perecer?

Lo siento Guatemala peor hoy me dueles,
me duele verte en una esquina mendigando una comida,
tirada en la calle con la mirada perdida,
me duele verte en llamas en medio de tus bosques
abandonada, triste y confundida.

Si con mil quinientos comparon la pistola,
Y con dos dólares la bala que mato a una persona,
¿Por qué gastamos miles por volver a oír o respirar?
¿Por qué hay más armas que prótesis por armar?
¿Por qué tiene que salir tan caro poder amar?
¿Por qué si no cuesta nada nos cuesta tanto ser felices?
Lo que debería ser gratuito se nos está siendo descontado,
Le ponemos atención al cuerdo y de una manera suave nos olvidamos del afectado,
Lo peor del caso es que no se interfiere solo debe quedar televisado.

¡Me dueles Guatemala!

¡Me dueles patria mía!

***

Esas pocas cosas que necesito

Un abrazo que me devuelva la calma en la tormenta,
una mirada que atraviese mi interior,
un tacto que purifique,
un beso que me haga el rey del mundo,
un momento donde seamos invencibles.

Una caricia que me diga al oído que estoy seguro,
Unos ojos por donde mirar los míos,
Nubes con la forma de mis sueños,
Conversaciones donde mi boca termine sus historias con un beso,
No cambiar por pena la forma en que me expreso,
Constelaciones en el cuerpo y
un eterno anochecer.

Esas pocas cosas que necesito,
esas que a veces no me dejan dormir;
que mis padres tengan el palacio de reyes que merecen,
a mis hermanos dándome un abrazo,
a mis abuelos en cuyo rostro reflejan la juventud y sus ocasos,
Los pelos de mi perro y mi gata en mi ropa o en mi cama,
Nidos de pájaro creciendo entre las ramas;
A mis amigos compartiendo sonrisas conmigo,
Alguien con quién compartir mis peores momentos,
mientras la vida nos roba los mejores años.

Esas pocas cosas que necesito,
Esas que a veces todos necesitamos,
Más millonarios sin dinero,
más habitantes del mundo entero,
borregos rebeldes y lobos esteparios;
Más observar un atardecer a diario,
Darle un sentido a cada equis en el calendario.

Más verdades a la cara y menos mentiras tras las costillas,
Más morir de pie y menos vivir de rodillas,
Recorrer el mar acariciando sus orillas;
Hombres que comprendan el amor,
que vean un amanecer,
y sientan algo en su interior.

Un mundo con más cielos estrellados,
Más viajes en bicicleta,
Más magia y menos ilusión,
Menos observar el mundo desde el televisor,
Más ojos enamorados,
menos miradas de decepción.

Esas pocas cosas que necesito,
Esas que nos vuelven mejor persona,
Dejar de esperar el momento adecuado,
Guardar silencio cuando esté a punto de gritar;
Hacer más y decir menos,
dejar de molestarme,
Empezar a comprenderme.

Esas pocas cosas que necesito,
Jóvenes perdidos en la literatura,
Menos hablar de sexo y más de cultura,
necesito gente que se de cuenta de dónde están sus ataduras,
Más respeto a la naturaleza,
Menos temor a las alturas.

***

Hacer el amor

Mis ojos y los tuyos,
Recostados sobre una puesta de sol,
nuestras manos unidas sobre un sofá,
encontrarnos los domingos en la esquina,
observarnos en el cielo por las noches.

Mi boca y tu boca,
en medio de una plática,
en medio de un parque;
tu boca y mi boca,
poniendo en presencia nuestros miedos,
sin tener miedo a que se nos salgan de las manos,
diciendo adiós y hola al mismo tiempo,
dándonos un beso por si las dudas.

Tú y yo en una trinchera,
donde la vida se pone en contra nuestra,
en medio de un abrazo,
a medias de un momento,
donde juntos sabemos,
que juntos podemos,
contra todo pronóstico,
ganar cualquier batalla.

Es la forma en que hacemos de lo nuestro una semilla,
que no sabe que es la última en la tierra,
dos piezas de rompecabezas diferentes,
que encontraron la forma precisa
de encajar.

Hacer de nuestro abrazo un refugio,
de nuestras palabras una sinfonía,
de nuestras manos una cadena,
de nuestros miedos una aventura;
de nuestros fragmentos una obra de arte,
de nuestras lágrimas una pintura,
de nuestras miradas encajadas, el paraíso.

Dos locos bastante cuerdos,
dispuestos a amarse con locura,
tratando de no ser esos dos cuerdos
lo bastante locos,
como para amarse con cordura.

El momento donde la vida,
nos quita la venda de los ojos,
y te das cuenta,
de que mi sonrisa añeja no es forzada;
sino más bien,
el primer trago de la botella,
el momento donde la vida,
nos quita la venda de los ojos,
y me doy cuenta,
de que tú sonrisa a carcajada no es locura;
sino más bien,
la manera en que tú cuerpo delata que de verdad eres feliz.

Es más que diez minutos turbios disfrutando el paraíso entre unas piernas,
es compartir el mundo agarrados de la mano,
entender juntos que las penas nos azotan en invierno o en verano; y que, también las alegrías son el fruto que depende de cuánto nos queramos.

***

Danza con la Muerte

Una señora camina en la penumbra,
camina indiferente y no responde a los saludos;
no escucha de razones y desconoce el significado de compasión.
ahí va la señora muerte,
lleva a cuestas a todos los placeres,
arrastra con sus pies a todos los dolores,
lleva atada al cuello todas sus ilusiones y en sus manos,
aquello que el viento se llevó.

En su vestido todas las formas y colores,
camina lento pero siempre llega,
esa señora muerte se aparece entre todos los dolores;
pasó en las calles de mi barrio, gritó un nombre… Fue a mi abuelo a quién llamó,
unos meses después a mi gato se robó y hace unos meses vino y a mi perro se llevó.

Hoy la veo nuevamente por el barrio
mientras lleva toda la historia entre sus dedos,
cargando a sus espaldas a uno de los pollos del vecino y a los sueños de un amigo que gracias a una sustancia acabó por darse por vencido;
y ahí va la señora muerte,
desde mi ventana la observo deambular,
qué curioso y qué tenebroso tú caminar,
segunda dueña de todo, que sabe algún día todo,
se tiene que acabar.

Que eternas danzas las que tienes con las cosas,
ayer la ví bailando con un joven que el narco se llevó,
Arrullando a un niño con el canto amargo de los pájaros que a su paso recogió;
viéndose reflejada adentro de nosotros,
y de todos los otros y los otros que aún están por venir.

Que eterno valls ejecutas sobre todo el mundo,
en el camino y la avenida,
en la bajada y la subida;
de la vida la única salida,
que tendrán tus labios que a tu beso amargo nadie se negó.

Señora muerte nos quitas a quien nos amó,
y juegas a espantar conductores en las sinuosas carreteras;
Señora muerte que nos enseñas a vivir con algo que nos lastimó,
y juegas a apostar la vida por buscarle una razón.

Señora muerte que a tus ojos solos soy un hombre que trata de escapar del filo de tu guadaña,
trataré tontamente de evadirte porque sé que desde que nací te pertenezco.

Señora muerte, que yaces dormida dentro de cada corazón,
has de ser buena bailando porque a donde vayas nadie rechaza tu invitación;
señora muerte,
¿Qué sentirás sabiendo que nada ni nadie escapa una le claves tu mirada y que después de tus besos a cualquiera le falta la respiración?

Señora muerte no es que te rechace,
es que no sé bailar, tengo dos pies izquierdos y no estoy tan guapo para variar;
no le falto el respeto a las damas, no la vengo a desafiar,
pero tú sabes que estoy loco y
sólo quiero seguir volando cuando mi pecho deje de palpitar;
tú sabes que no me puedo negar,
así que estaré viviendo al máximo esperando el día que sin permiso abras la puerta de mi casa, digas mi nombre y me invites a bailar.

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