Diego Alexander Paiva (Lima, 1998) Licenciado en Comunicación Audiovisual y estudiante de Literatura Hispánica en la PUCP. Tiene publicaciones en el fanzine Letras Bizarras (2023) y en la antología de poesía peruana Hasta la raíz (Ediciones Converso, 2024). Obtuvo el primer puesto en el Concurso de Creación Literaria, Arte y Creatividad UPN en la categoría poesía (2017). Obtuvo mención honrosa en la categoría de poesía en los XXVI Juegos Florales de la Universidad Ricardo Palma (2022). Formó parte del Club Cultural Arte en Comas en 2017, donde escribió y recitó sus más tristes poemas. Actualmente dirige la agrupación de difusión poética Real Frenética y también uno que otro cortometraje.
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Color Padre
Para llover la sucia de Cabral en tu espejo
A ti que rompes todos los platos
Hube tenso!
(V extremo)
¿ya te sentiste bien de rogarle bondad a la piel?
Santifica todos tus restos fieles
Y nada posesivos
Y nada violentos
Y nada puentes
Toma el tiempo que te parió:
Tres ramas Tres reinos Tres Furias
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Color Hijo
Gradas de sol
Paso fuego
miel de vellos en las patas
entra el Mocho a Circe a Europa
entra el Mocho siempre el mocho cuerneado
entran esas otras figuras:
las olas gimiendo
la vena canta
Hay alma en la chicha
Tres TAN
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Color Espíritu Santo
Estruja el sancho y brinco
Ah la blancosa lata de China
y esas otras encorvadas filas de atrás y puje
sacan el rostro del Padrecito:
Cuánto a Dios
Cómo al Sol
Esta es mi amancaes mi cerro huyendo
Las mismas conquisto a Challco y tiza
en el verano terciado del pueblo nuestro
Daré
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¡AXAXAU!
Cuesta la Sierra sombra asida
De los cuerpos tarros lo que muelen
Diente, manco, morro, Opa
¡Toda la Lima en un día!
Y en los tristes ojos de Phaxsi
Tragando la pierna del Sol
Silbando y lo que no es mío
En una charla de Sinchis bravos
El Inca tomó a mi hija y su madre
Y barrí toda la barba de tiza
Con tan solo tocar mi sed
Cuando traje la Sierra a mi Boca
Le atribuí lascivia a la lágrima
Y de tanta imagen fermentada
Quebré
Un sol de cerveza a la cara
A la piel
Un Sol para el nuevo Inca
La nueva Pinta
Y la hora se calla a pieles
Con los zumbayllus costeños
Con las fiestas corneadas
Con el beso de mi Pueblo
Te he sido
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Los perros del norte
A Nelson, André, Percy, Diego y Herbert
En un finado el hueso los machos floridos
que la noche cantó y trajo todas tus colillas
como si fuera la pata de un cuervo atornillándote
la encía el claro de una orgía sangre lobo y dios
que chanca a toda prisa en mis siniestras caras huecas
“Y a ti te diré el chuzo y serás mi realidad mestiza
acomplejada y perra con Cinquetti y todas las otras muertes
de Comas rabiosas como el párpado abierto de una herida
como Pall Mall como sarro sangriento de misa, dirán”
Dirá la guerra dirán siempre la guerra y las balas y los condes
atravesados de terocal de grasa de celos y gritarán conmigo que
somos los perros del norte los perros desiertos desfuegos desechos
Somos los perros del norte figurando la calvicie en una llanta ceniza
Amoratados paranoicos muertos borrachos como el Caín como aroma de cerro
y decían las colchas sementales y decía la ley la acción Somos la sangre corrida del labial
fluviales cantar Berlines Hayllis crónicas sesquipedales la quincalla la mierda el orín atracado
y tú lábil chueco un gran varón que despierta la sarna en el pecho y llueve a toda hora
y se imaginan madre y gritan a la calle con su estentórea voz por lo tanto es del almuerzo
y tendrán entre sus dientes a despeinarse la escupidera el cálamo para hincar
un viento frío los acosaba un Dios ciego una ruta de caca recuperada por ingleses
y franceses y normandos sajones barbudos y dizque hablan quechua y dizque cometan la lira
el pantún la sestina el Chant Royale el rondel y claro porque Quevedo nos pateaba el culo
el soneto terco la música penetra el dantesco kafkiano cliché de toros que ubican
la muerte del rock como excitante como amor como olor a sexo a ron a ketama y costa
a cine proyectados a veinticuatro fotogramas ornamentados de amargura resentidos digitales
por una copia de Kalatozov y Suzuki y el mítico Branded to Kill con su fetiche arroz
que recuerda la pierna el lazo el punk y todo ese masoquismo atorado en la garganta
en toda la realidad castrada “Ah castrada y pálida y burra amnésica apolítica chanca tensa
como los brazos Carontes tu pierna sencilla tu rostro a gusto del espejo breve y tácito”
y así Comas nos mira nos tienta y rescata nuestras pulgas nuestras uñas bien largas
y el oscuro pelaje que nos caracteriza en esta nuestra plaza caminaremos sin tregua
con encendedores Magnum y pieles preciosas de encargo de fantasía entonces
nadie apretará nuestra misa no habrá quien detenga los dedos la angustia
nada hallará la hora de vernos tumbar la cuadra demoler el violento silo
los signos zodiacales de los perros del norte que han bruñido el zapato escolar el botín
la cuerina la pepa la pensadera loca atávica roca consentida de encomio sueño trajinado
parco caótico y entonces los perros del norte girando a la izquierda y derecha zambullen
alcanzan la presa y piensan la hora llenándose en sílice el ojo atrapado de asaltos y dicen
“Somos los perros del norte robamos a cada hora libros clásicos contemporáneos
cajetillas a los señores más rancios cartas a los escolares besos a los novios
Somos rapiña y mierda vómitos de parques Sabina y chela Somos la hora que tiza
Que guiña que toca que atreve Somos los perros del Gato Negro del Parque de la Guitarra
del Queirolo de la Túpac Amaru de la Universitaria Somos los perros del norte
los que volamos aprovechando la ladera los que golpeamos a todo borracho y meamos
y silbamos en cada esquina siempre a la misma hora nuestra fantasía más honesta
Somos los perros de norte no existirá pan para luego ni la luna quemará tanto
Porque se oculta siempre la herida en el lado más oscuro del sol”