Ceuleman Jossimar Villacinda (Ciudad de Guatemala, 1988), músico y poeta, desde adolescente mostró interés por la escritura y la música. Una antología de poemas que el escritor empezó a germinar desde su adolescencia, sus canciones y poemas los escribía en sus cuadernos que utilizaba en el colegio. Asegura que llego a la poesía de manera imprevista después de escribir su tercera canción de nombre “Entrégate” al no poderla grabar con su banda de rock, optó por convertirla en poema y publicarlo en Poesía Guatemalteca. Desde ese momento se embarcó en la travesía de las letras, creando poemas difíciles de entenderles a lo que él llama poesía abstracta.
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Te buscaré
Te buscaré en los matices del ocaso,
en el jardín de las estrellas,
en el rocío de cada flor silvestre.
Te buscaré en los versos de Neruda,
en la migración de mariposas,
en las fotografías de las revistas de moda.
Te buscaré en las canciones de tu artista favorito,
en el baúl de mi corazón,
en cada partícula del aire.
Te buscaré en los cuadros de Picasso,
en el tráfico peatonal,
en cada página del periódico.
Te buscaré en los mapas del Atlas,
en los números del álgebra de Baldor,
en cada grano de sal de las olas.
Te buscaré en cada nido de las aves,
en las silenciosas nubes,
en donde no parece haber nada.
Te buscaré en los colores de mis sueños,
en el murmullo de mi almohada,
en los recuerdos del ayer.
Te buscaré en cada avenida de mi ciudad,
en cada gota de lluvia,
en la esquina de nuestro último beso…
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Dejaré de amarte II
Dejaré de amarte
cuando los niños dejen de jugar,
cuando las mañanas dejen de maquillarse,
cuando los eclipses dejen de hacer el amor,
cuando la sangre deje de ser color rojo pasión.
Dejaré de amarte
cuando el hombre llegue a la estrella más lejana,
cuando llegue luz a lo profundo del mar,
cuando la luna deje de brillar,
cuando el sol muera.
Dejaré de amarte
cuando el mar sea dulce,
cuando la tierra deje de rotar,
cuando la primavera deje de florecer,
cuando el poeta deje de escribir.
Dejaré de amarte
cuando los verbos dejen de ser palabras,
cuando el infierno sea un paraíso,
cuando las aves no surquen en los cielos,
cuando la lluvia deje de mojar las flores.
Dejaré de amarte
cuando mis pulmones se queden sin aire,
cuando mi corazón esté inerte,
cuando mis ojos se cierren para siempre.
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Amor prohibido
En la noche sonámbula
bajo el hechizo del delirio
deseo en silencio,
esconderme bajo su ropa
y ver el eclipse de sus lunares,
que nuestros cuerpos
se sientan libres
y firmen una independencia
de amor perpetuo,
que sus férvidas caricias
sean los celajes de mis mañanas,
y el preludio al beso infinito.
Quiero ser
la flor de tango
para enredarme en las
Paredes de sus caderas,
que sus lunares formen
una escala musical
en el pentagrama de mis dedos,
deseo en silencio
ser el pez buceando
en el acuario de su cuerpo,
y una calmada lava
en el volcán de sus pechos.
Quiero amarla al ritmo
de la sinfonía de su corazón,
esculpir cada uno de sus besos
en mis agrietados labios,
deseo en silencio ser la gota de rocío
en los pétalos de sus pestañas,
que sea la sublime mujer
que corte las rosas rojas de mi jardín,
la dueña de mis suspiros,
la taza de café dulce en mis mañanas,
ser el pincel de Van Gogh
y pintar en tu alma la noche estrellada,
pero solo soy su amor prohibido…
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Secretos de la almohada
La noche a media luna
y tus uñas dibujando
círculos en mi espalda,
detrás de tu mirada
me pierdo en el secreto
de tu desnuda alma.
Mi cuerpo se perfuma
con tu olor a mujer,
sobre la alfombra
de tu erizada piel,
bajo un imperio de lluvia
púrpura de sudor.
Pronunciando tu nombre
deshojo los pétalos
de tu maquillaje carmesí,
y me sumerjo
en las páginas de tus caricias.
Tus huellas dactilares
en cada centímetro de mi cuerpo,
docenas de tus besos
escritos en mi piel
con tinta de fuego.
Embriago mis latidos
con la dulce miel
de tus ardientes suspiros,
tus labios derraman
un ocaso sobre mi piel,
y la habitación poseída
por una sinfonía de gemidos.
Las montañas de tu cuerpo
sobre mi terciopelado aliento,
sembrando la semilla del frenesí
en tus húmedas aguas,
son secretos de la almohada.
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Ojos color luna
En los brazos de la noche
con una sola mirada
hicimos tres veces el amor,
tú, mis ojos color luna,
yo, tus ojos color sol.
Nuestras miradas murmuran
bajo un deseo y un blues,
ojos color luna
en mi balcón eres mi luz.
Tu mirada es la llave
para abrir un eclipse de amor,
tus ojos color luna
son gotas de vida,
son luz de amanecer,
son mi génesis.
En tus ojos color luna
encontré…
La más dulce llama,
la más dulce mirada,
mi refugio favorito,
la pólvora de mis suspiros.
Tu mirada es la puerta
para un jardín de secretos,
tus ojos color luna
son un mar de agua clara,
son un firmamento estrellado,
son plumas de serafín,
son tus ojos color luna.
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Revista Kametsa 