Nueva poesía contemporánea: Danny León (Colombia)

Danny Yecid León Moncada (Bucaramanga, 1990). Se desempeña como director del Encuentro Internacional de Poesía de Bucaramanga. Textos suyos han aparecido en diversas revistas, tanto nacionales como del extranjero. Fue incluido en el libro Espejos de doble filo, antología binacional de poesía sobre la violencia, Colombia – México (Ediciones Atrasalante). Preparó las antologías La voz alucinada y La oscuridad tras el relámpago (Ediciones UIS). Ha publicado los libros Momento del decir (primer puesto en el VIII Concurso Internacional Buenaventuriano de Poesía), Cantar de bruma (Ediciones UIS), Desde estancias habitadas (Premio internacional de Poesía Editorial Praxis 2014) y Canción para abrir una jaula (VIII Premio Nacional de Poesía Universidad Industrial de Santander-2016). Recibió la beca Artistas Jóvenes Talentos Icetex- Ministerio de Educación. Fue finalista del II Premio Nacional del Festival Internacional de Poesía de Medellín.

***

Por las palabras
algunos hombres
son condenados

Unos hablan
y mienten
otros nombran
y derrumban lo construido

Muy pocos logran
con su voz
encarnar la belleza

Suerte la de los mudos
que con su silencio
les es otorgada
la inocencia.

***

Para que un espejo exista
necesita de alguien
que se refleje
en su clara superficie

Podríamos
si así lo deseáramos
conjurarnos contra ellos
y no mirarnos jamás

Entonces los espejos
perderían su memoria

De igual manera
nosotros también
habríamos de olvidar
nuestro rostro

Por este miedo al olvido
es que cada mañana
hombre y espejo
se recuerdan
con la mirada.

***

Empieza la lluvia

Abro mi mano
y sobre la palma desnuda
cae una gota de agua

Con asombro
la veo brillar
pero se desvanece

Entonces
cierro mi mano

Queda solo su recuerdo
entre la piel

Y eso es todo
lo que he podido
arrebatarle al cielo.

***

Durante la mañana
escuché el golpe del hacha
contra un árbol

El ruido desgarrado
me llegó como presagio

Alguien apilaba troncos
y ramas florecidas
a la vera del camino

Por la tarde
cesaron los golpes
y el árbol cayó vencido

En su lugar quedó
un vacío de hojarasca
y esta nostalgia
de que nada
es para siempre.

***

Para Silvana Gómez Olejua

Caminando
por la arboleda
encontré un pájaro
moribundo

Lo tomé en mis manos
y acaricié su plumaje
hasta que dejó
de respirar

Al llegar a casa
escribí este poema
donde ahora
late su corazón.

***

Poner el oído
sobre el pecho
de un pájaro moribundo

Y escuchar como
poco a poco
se silencia el poema.

***

El pájaro huye

Se refugia
entre la niebla

Nosotros
a tientas lo seguimos

Caminamos
hacia donde no sabemos

Solo la esperanza
de su canto
guía nuestros pasos

Y así la existencia

Un pájaro extraviado
que nos llama
desde las sombras.

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